Reflejos primitivos
Los reflejos primitivos son movimientos involuntarios que responden a un estímulo sensorial. Los controla el tronco encéfalo y se desarrollan durante la gestación y los primeros años de vida para facilitar al bebé su supervivencia durante este periodo.
La presencia y fuerza de un reflejo es un indicador importante del desarrollo neurológico y funcional del niño.
Antes de que el bebé comience a caminar realiza movimientos rítmicos de acuerdo a instrucciones innatas que favorecen la integración de estos reflejos, y colaboran en su desarrollo.
Aproximadamente a los tres años, los reflejos primitivos deberían estar integrados en reflejos posturales conscientes, lo que supone la adquisición de una nueva habilidad. De no ser así, surgirán problemas con las habilidades motoras gruesas o finas, la visión, el oído, el lenguaje, y la percepción sensorial y cognitiva.
Entre los reflejos primitivos más significativos, encontramos:
Pertenece a los reflejos posturales, que son el comienzo de la maduración del sistema nervioso central, son controlados desde el cerebro medio, aparecen después del nacimiento y se mantiene a lo largo de la vida.
El Reflejo de Anfibio se inicia a los 4-6 meses, y su aparición implica la activación del tronco del encéfalo.
Al rotar la cadera del niño se produce la flexión del brazo, cadera y rodilla del mismo lado.
Integra el Reflejo Tónico Asimétrico del cuello y el Reflejo Espinal de Galant.
Si este reflejo no se desarrolla se impide el gateo y el arrastre con marcha cruzada. En el sistema visual influye en el enfoque, la acomodación y el sistema binocular del niño.
Es un reflejo postural que el niño tiene que desarrollar para sentarse y caminar de forma independiente.
Permite fortalecer el tono muscular del cuello y la espalda y desarrollar habilidades motoras vestíbulo-oculares, ya que al levantar el pecho y la cabeza el niño tiene una visión global que le ayudará a entrenar la visión en relieve, además de dar a los brazos la libertad necesaria para poder llevarse objetos a la boca y así ejercitar la visión próxima.
El desarrollo de este reflejo postural permite la correcta integración del Reflejo Tónico Laberintico.
Si el niño está apoyado sobre su vientre, la cabeza, la columna y las piernas se extienden; si la cabeza se flexiona, la cadera, la rodilla y los codos se flexionan.
Aparece antes de las 10 semanas de vida y debe integrarse antes de los tres años y medio, cuando el niño se mueve sobre dos puntos de apoyo.
La presencia del reflejo de Landau indicará que otros reflejos permanecen activos, como el RTL. Provocará dificultades en el desarrollo del equilibrio, alteraciones del tono muscular voluntario, lo que hará que el niño sea “patoso”, tenga dificultades para saltar y para aprender a nadar a braza.
El reflejo de Moro está presente en el nacimiento, integrándose entre el 2º y 4º mes de vida, con el abrazo y la acunación rítmica.
La función de este reflejo es la superviviencia, ayuda a integrar el Sistema Simpático y Parasimpático, proporciona equilibrio entre la flexión y la extensión fisiológica. Este reflejo se puede inducir por un susto, una estimulación vestibular, auditiva (ruido), visual (al cambiar de la luz a la oscuridad), táctil( presión ,dolor) o por un cambio brusco de temperatura.
La respuesta inicial se debe al Sistema Simpático con una reacción de excitación y después se provoca una respuesta Parasimpática de alejamiento y desahogo.
Si este reflejo provoca una respuesta mantenida puede crear problemas emocionales, ya que el niño se encuentra en una situación constante de alerta, pobre equilibrio, problemas sensoriales con hiper o hiposensibilidad táctil, fotosensibilidad, disfunciones en el enfoque visual, dificultad para mantener la atención y la concentración, reacciones exageradas.
Es un reflejo intrauterino, que ha de inhibirse en el ser humano en la duodécima semana de gestación, pero si la madre está sometida a situaciones de estrés el feto responderá quedándose quieto y evitando que este reflejo se integre.
Cuando este reflejo se activa en el niño o en el adulto produce una respuesta de shock, acompañado de inmovilidad, pánico y medio extremo.
Las personas con este reflejo activo tienen baja tolerancia al estrés e hipersensibilidad de los sentidos (tacto, visual, auditivo, olfativo, vestibular). En general les suele ser muy difícil mirar a los ojos de otras personas, les cuesta mantener la mirada. Los niños suelen tener poca capacidad de adaptación, timidez y comportamientos negativos o rabietas.
En el sistema visual puede provocar mala visión periférica, problemas acomodativos y de visión binocular.
Este reflejo se activa cuando el niño gira la cabeza a uno de los lados, cuando la cabeza va girando se estiran la pierna y el brazo del mismo lado, mientras se encojen las del lado opuesto.
Con este reflejo el bebé desarrolla el tono muscular y vestibular y asegura el paso de aire por las vías respiratorias cuando está boca abajo.
Debería estar integrado a los 6 meses, si permanece activo puede provocar:
- Dificultades en la coordinación ojo mano, por ejemplo para controlar la mano y el brazo para escribir, provocando mala escritura.
- Seguimientos oculares con falta de precisión y mal desarrollo de la visión binocular provocando por ejemplo insuficiencia de convergencia visual.
- Dificultad para pasar la línea media corporal y mala integración de los movimientos contralaterales.
- Problemas para desarrollar la lateralidad, provocando problemas de coordinación en los movimientos gruesos y dificultad en el equilibrio.
- Inversiones de letras y números, no se orienta en el espacio que le rodea.
No se nace con el reflejo tónico simétrico del cuello, sino que se desarrolla y se integra antes de la etapa del gateo, para que se produzca correctamente.
Este reflejo permite que estando el bebé a 4 patas sobre sus manos y rodillas, cuando flexiona la cabeza los brazos también lo hacen, sin embargo las piernas se estiran y, al extender la cabeza hacia atrás, los brazos se estiran y las piernas se doblan, realizando el característico balanceo hacia atrás y adelante. Con este reflejo se desarrolla el tono muscular de la espalda y el cuello e independiza los miembros superiores de los inferiores.
Si este reflejo no se integra al mover la cabeza, el niño dobla y estira los brazos y piernas por lo que afecta a la forma de estar sentados, por ejemplo mientras el niño copia de la pizarra o mira al profesor y luego escribe en el papel.
Las personas con este reflejo activo encuentran posturas para compensarlo sentándose mal, con una postura encorvada o tienen tendencia a resbalarse de la silla, sentándose sobre una pierna...Esto provoca que el niño no pueda parar en la silla. Otras consecuencias de no integrar este reflejo son: la hipotonía muscular, problemas de enfoque visual al tener dificultad para cambiar de la visión lejana a la próxima y viceversa, de coordinación ojo mano...
Provoca una respuesta refleja cuando se estimula la espalda a cada lado de la columna vertebral, produciendo una rotación de la cadera hacia el mismo lado.
Este reflejo se desarrolla en el útero y ayuda en el proceso de nacimiento para que el bebé salga por el canal del parto.
Cuando este reflejo no está integrado se manifiesta:
- Inquietud en el niño cuando está sentado ya que el roce de la silla provoca una estimulación constante en la zona lumbar al tener activo el reflejo. Cualquier camiseta ajustada o un cinturón también dan estos síntomas de no dejar de moverse, de ahí el nombre que se da también a este reflejo del "culo inquieto".
- La incapacidad para estar sentados provoca problemas de concentración y atención.
- Está asociado al reflejo de micción.
- Si sólo se encuentra el reflejo en un lado de la espalda puede contribuir al desarrollo de una escoliosis.
- Malas posturas sentados que pueden conllevar problemas de espalda en la edad adulta.
Es un reflejo de origen vestibular y está unido al reflejo de Moro en los primeros meses de vida. Proporciona movimientos fisiológicos de flexión y extensión para desarrollar el equilibrio y el tono muscular, facilitando la propiocepción.
Los síntomas de una incorrecta integración serán:
- Mala postura al sentarse.
- Disfunciones oculomotoras, problemas binoculares.
- Dificultad en tareas de percepción visual y orientación espacial en el papel, mal juicio de las distancias, profundidad y velocidad.
- Inversiones.
- Problemas de tono muscular, debilidad en el cuello y articulaciones y tensión en las piernas, lo que les puede llevar a andar de puntillas, tener mal equilibrio, que no les gusten los deportes ni ninguna actividad que requiera coordinación.
- Poca habilidad para realizar tareas secuenciales, mal juicio del tiempo.
- Problemas vestibulares: equilibrio, marearse.
En flexión (RTLa): Cuando la cabeza se inclina hacia delante, las piernas se flexionan provocando que el niño se coloque en posición fetal. Se integraría hacia los 4 meses.
En extensión (RTLp): Cuando la cabeza sube provoca la extensión de todo el cuerpo, aparece en el nacimiento y se integra desde las 6 semanas hasta los 3 años.
Existen tres reflejos en la mano que han de integrarse para tener una adecuada pinza escribana, destreza y fuerza manual:
REFLEJO PALMAR
Al acercar a un bebé un objeto a la palma de la mano, su respuesta refleja es cerrarla y lo soltará cuando el efecto del reflejo haya pasado, es un acto involuntario.
De esta forma los niños integran y desarrollan este reflejo, cogiendo y soltando cosas.
Si este reflejo no se integra cualquier roce suave en la mano hace que se muevan los dedos, por este motivo algunos niños evitan coger el lápiz de una manera correcta.
REFLEJO HANDS PULLING
Se desarrolla cuando el Reflejo Palmar comienza a integrarse.
Permite desarrollar la fuerza en las manos y los dedos independientemente de los brazos y la espalda, su función es la de agarrarse.
Cuando este reflejo permanece activo, los niños al escribir colocan el papel recto y la muñeca rígida, ya que hacen la fuerza con el brazo y la espalda.
REFLEJO DE BABKIN
Es la unión del Reflejo Palmar y de Succión
Cuando apretamos la mano del bebé con nuestro pulgar se estimula la succión.
El reflejo activo se manifiesta cuando el niño o el adulto mueve la boca o la lengua mientras hace algo con sus manos como escribir, manualidades, jugar al balón...
La integración de estos reflejos es importante para una adecuada coordinacion ojo-mano, desarrollar la pinza digital, tener destreza manual, fuerza en los dedos y desarrollar una buena escritura.